Era su primer día dentro del Servicio Aereo Especial, Mejor conocido como el S.A.S (Special Air Service) Toda su vida quizo formar parte de aquella unidad desde que vio el despliege de aquellas fuerzas durante la toma de la embajada Iraní en 1980, cuando tenia ocho años de edad. Contando con treinta y dos años, el joven oficial de la Armada Britanica, Simón Warris pudo pasar con exito las pruebas que se necesitaban para poder formar parte de aquella unidad. De cabello castaño corto y ojos azules, Warris era, dentro de los aspirantes, uno de los mejores. Su puntería era sobresaliente, capaz de darle a un objetivo en movimiento a tan solo veinte metros de distancia. Su resistencia era sobresaliente, desde poder correr a unos diez kilometros a poder estar aguantar la respiración por un minuto y veinte segundos. Sus habilidades en combate iban desde el Taekwondo, pasando por el Krag Maga hasta el judo. Intelectualmente poseía un IQ de 115, siendo bastante inteligente al punto de poder memorizar nombres, rostros y lugares en concreto. Capacitado para formar parte de los S.A.S, Warris fue destinado al Equipo 7, uno de los más eficientes dentro de la unidad.
Aquel verano del 2014 era uno de los más bochornosos que Warris pudiese recordar. La temperatura maxima era de 34 grados pero la sensación del ambiente era de unos 42 grados, Aquel uniforme de color negro lo hacía sudar bastante, pero la felicidad que sentía en ese momento le impedía concentrarse en el calor o en el sudor, lo habia conseguido. Años y años de esfuerzo finalmente dieron resultados, estaba por vivir el sueño y deseaba en el fondo saber si podría mantenerlo. Una cosa era lograr tus sueños y otra muy distinta era poder conservarlos una vez que estos se hubiesen cumplido. Siendo, por lo general, la razón por las que muchas personas que habían conseguido lo que deseaban, terminaban retirandose debido al desencanto que tuvieron, y eso Warris lo sabía. Por ese motivo Warris aun se encontraba en la espectativa de que iba a encontrarse una vez que pasara por la puerta de color chocolate de quel edificio de paredes blancas y grandes ventanas.
“¡Oye Graves! ¡¿Cómo va lo del Aire Acondicionado?! ¡¿Ya pudiste arreglarlo o de verdad necesitamos llamar a un tecnico para que se encargue?!” Exclamó Richard Hallen, o Rick para los amigos, mientras veía a Henry Graves usar sus “Herramientas Magicas” sobre el aire acondicionado que se encontraba cerca de la puerta de entrada al cuartel del Equipo 7.
“Pudrete Rick” le contestó Graves molesto mientras continuaba ajustando los circuitos del Aire, los cuales se encontraban un poco fundidos debido a la suba de tensión que tuvieron la semana anterior donde ni la cafetera se pudo salvar. De cuerpo escualido, cabello negro corto y bien peinado, rostro alargado con una nariz aguileña junto a unos anteojos de marco duro que cubrían sus ojos castaños, Graves era el encargado de la parte informatica dentro del Equipo 7. Él era quien se hacía cargo de la parte de inteligencia, desde ocuparse en conseguir los mapas junto a la información biografica de los posibles terroristas o sospechosos hasta poder localizar a sus objetivos cuando estos se encuentran en llamada por medio de un sistema informatico que él mismo pudo desarrollar en su tiempo libre. Graves era un maestro de la tecnologia, electronica e informatica, siendo un autentico prodigio que a muchos sorprendía cuando se enteraban de que prefería estar de incognito en las fuerzas especiales aereas antes que volverse una celebridad con su talento nato. “Te aseguro que para esta tarde, esta belleza nos hará creer que estamos en el Polo Norte” le aseguró Graves haciendo reir a Rick.
“Eso espero” le contestó Rick entre risas. Siendo un hombre calvo, con una barba castaña muy pronunciada, en especial las canas que se podían ver en su mentón, y de penetrantes ojos azules, Rick era el miembro más veterano dentro de la Unidad. Muchos creían que él había sido un Hooligan en el pasado, quien al ser arrestado por causar disturbios, debió de elegir entre el servicio activo dentro de las fuerzas armadas o la carcel. Prefiriendo lo primero, los rumores indicaban que comenzó a servir en el Equipo 7 en 1994, pero aquellos rumores eran solo eso, rumores. Nadie sabía casi nada de Rick y quienes lo sabían ya no estaban en la Unidad sino que se retiraron, transfirieron o directamente se murieron en combate. Lo que sí era seguro dentro del grupo era que Rick poseía un mal genio, pero cuando de misiones se trataba entonces él lo daba todo, hasta la vida de ser necesario.
Siendo Capitán del equipo, Rick era un hombre valiente que siempre iba en primera linea, sin temer a lo que pudiera pasarle. Su prioridad era la seguridad de los rehenes y la seguridad de su equipo, luego venía él.
Sonriendo mientras tomaba una lata de soda de la marca Aifam, Rick observó la puerta abrirse y entrar por ella, un muchacho de aspecto agradable que tenía la palabra “Novato” escrito en la frente. Observandolo con un poco de nervios, aquel muchacho se paró delante de Rick y lo saludó de manera formal:
” ¡Oficial Simón Warris presentandose al deber, señor!”
Rick lo miró en silencio mientras esbozaba una sonrisa cinica y maliciosa, bebiendo un poco de su soda, le contestó
“Bienvenido novato, ve a la puerta que está allí” señalandole una puerta que se encontraba al fondo de la habitación que decía: “Mayor Tenner”
“Y presentate con el Mayor” Le pidió Rick con un cierto tono de desdén.
“Señor, sí, señor” Asintió Warris dirigiendose a donde se encontraba el Mayor Tenner.
El sonido de una chispa electrica seguida de una suave brisa se escuchó a espaldas de Warris, mientras se oía a Graves exclamar
“¡¿Ves, qué te dije?! Quedó como nuevo”
“Sí, Sí, como digas, ahora baja de ahí antes de que lo descompongas de nuevo” le pidió Rick con un tono de molestia.
Acercandose a la puerta, golpeó en ella y oyó una voz gruesa decirle:
“Pase”
Sintiendo un gran nerviosismo, Warris se adentró en la oficina del Teniente del Equipo 7.
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